sábado, julio 09, 2005

Prosa de un camino

Levantando la cabeza y mirando al frente, en lugar de ver el presente empiezo a recordar aquellos momentos en los que fuí realmente feliz, emulando a un invidente doy palos de ciego como e hecho siempre, pero esta vez sin chocarme apenas contra los mismos objetos que tanto me hirieron; ya casi no uso mi bastón porque siempre hay alguien que me agarra del brazo y me lleva recto, muy pocas veces ese brazo es necesario porque en lugar de tendermelo me dirigen sus palabras, dulces palabras pero algunas tan crueles que hacen a uno abrir los ojos y caminar sin mano alguna; sin embargo, añoro aquellos días en los que era tan inocente sin darme cuenta de nada, porque era feliz sin saber realmente como es la vida, sin más palabras quiero cerrar los ojos o tenerlos abiertos eternamente, no para el pasado, si no para el presente.

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